Institucional
Historia
La Diócesis de La
Dorada – Guaduas
se ubica en el amplio territorio del Magdalena Medio, zona de Colombia en la que el río Magdalena atraviesa los departamentos de Caldas, Cundinamarca, Boyacá, Antioquia, Santander, el sur de Bolívar y el sur del Cesar. Esta región se constituyó en un escenario en donde confluyen diversidad de dinámicas: proceso de colonización campesina como estrategia de las comunidades perseguidas o expulsadas de sus parcelas, presencia de diferentes agrupaciones político-armadas de izquierda y de derecha, megaproyectos para la explotación de recursos naturales (oro, petróleo, recursos hídricos), monocultivos de exportación (palma aceitera, caucho, cacao) y producción de cultivos ilícitos.
Esto ha traído consigo una fuerte carga de prejuicios sobre esta región asociados a la pobreza, la violencia, el narcotráfico y el paramilitarismo, que incluso influyó en el clero de Manizales, Barrancabermeja y Facatativá quienes veían este territorio de misión como una zona de castigo, debido a las dificultades que presentaban los terrenos y las comunidades.
La falta de un pastor y un centro diocesano junto al abandono estatal que tenía el territorio al que pertenecían las parroquias que hoy día forman nuestra Diócesis, fueron las principales circunstancias que motivaron la creación de esta, como territorio desmembrado de las diócesis de Barrancabermeja, Facatativá y de la Arquidiócesis de Manizales; acontecimiento que tuvo lugar el 29 de marzo de 1984 por la bula Quod Iure Apostólica Sedes del papa Juan Pablo II. En esa misma fecha se nombró a Monseñor Fabio Betancur Tirado como primer obispo diocesano, después fue designado Monseñor Oscar Aníbal Salazar Gómez y en la actualidad estamos bajo el pastoreo de Monseñor Hency Martínez Vargas. Desde su creación se adelantan procesos de nueva evangelización y un constante trabajo por la paz, la reconciliación, el perdón y el desarrollo integral, bajo el lema: “Lanzando las redes en el nombre del Señor – construyamos la Diócesis de la paz”.